En las palabras centrales del acto, celebrado en el lugar que cambió el futuro de la nación caribeña, el secretario de organización del Partido Comunista de Cuba, Roberto Morales, hizo un recuento de los sucesos de aquel 10 de octubre, cuando Céspedes –conocido como el Padre de la Patria- pronunció la declaración de independencia que recogió postulados universales y avanzados para la época.
Resaltó que estos acontecimientos expresan el simbolismo del carácter radical de aquella histórica jornada.
La Revolución -amplió- es la misma que triunfaría 90 años después y que hoy se continúa defendiendo. Los patriotas que lideraron las acciones del 10 de octubre, además de ser hombres de acción lo eran de pensamiento, como también lo fueron sus continuadores, significó Morales.
En el actual contexto que enfrenta el país, reiteró la importancia de la unidad nacional que resulta determinante, pues la Revolución sigue enfrentando la arremetida de Estados Unidos y su arsenal subversivo para destruir la nación.
Agregó que en una sociedad cada vez más heterogénea, el Gobierno y el Partido seguirán promoviendo una política de inclusión y de unidad. Señaló igualmente que urge poner en función del proyecto país las potencialidades productivas, científicas y profesionales que se han desarrollado durante años.
¨Tenemos la enorme responsabilidad histórica de continuar la obra que tanta sangre, sudor y sacrificio ha costado. Tenemos el deber y el compromiso con nuestro pueblo de desarrollar la obra de justicia y bienestar social que nos hemos propuesto. Lo conseguiremos trabajando y luchando unidos¨, señaló Morales.
“Cubano: Con vuestro heroísmo cuento para consumar la independencia. Con vuestra virtud para consolidar la República. Contad vosotros con mi abnegación”, afirmó Carlos Manuel de Céspedes, ante unos 500 insurrectos congregados en su ingenio La Demajagua.
A la dotación de su pequeña plantación azucarera, exclamó: ‘¡Ciudadanos, hasta este momento habéis sido esclavos míos. Desde ahora, sois tan libres como yo. Cuba necesita de todos sus hijos para conquistar la independencia!’.
El alzamiento, secundado en otras regiones del país, constituyó un triunfo de las ideas independentistas frente al integrismo hispano y las corrientes reformistas y anexionistas de la época, e inició la lucha armada que duraría 10 años.
La contienda finalmente no alcanzó sus objetivos emancipadores pero maduró una conciencia nacional patriótica y, pese a que la oligarquía esclavista se mantuvo sometida a España hasta finales del siglo XIX, se fundó definitivamente la nación cubana.
mem/mpp
