El texto, publicado por CBC.ca, especifica que actualmente para evitar consecuencias graves para la salud, se recomienda no beber más de dos tragos por semana.
Explica que muchas veces el consumo de bebidas alcohólicas pasa desapercibido y que ciertos tipos de antidepresivos pueden llevar a algunos consumidores a beber más.
Los nuevos hallazgos también muestran que el consumo de alcohol frecuente a menudo no se reconoce ni se trata, al igual que el trastorno por consumo de alcohol, definido como el consumo continuo y la dificultad para controlarlo, incluso frente a las consecuencias.
«Entre el 95 y el 99 por ciento no reciben medicamentos eficaces para el tratamiento del ansia de consumir alcohol, ni medicamentos que puedan ayudar a prevenir una recaída en el alcohol», afirmó Evan Wood, coautor de las directrices publicadas.
El estudio hace 15 recomendaciones para médicos de familia, enfermeras practicantes y otros proveedores de atención médica, que van desde cómo preguntar sobre el consumo de alcohol de un paciente hasta cómo controlar los síntomas de abstinencia.
Solo en 2017, el alcohol estuvo relacionado con 18 mil muertes y costó a los sistemas de salud canadienses cinco mil 400 millones de dólares.
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