Según cifras preliminares, más de 500 personas perdieron la vida por el bombardeo deliberado israelí contra el nosocomio, que servía también de refugio a quienes huían de las agresiones de Tel Aviv contra ese territorio.
“El ataque a un centro hospitalario constituye una grave violación al Derecho Internacional y el Derecho Internacional Humanitario, los cuales deben ser respetados sin excepción”, señaló un comunicado publicado por la Cancillería chilena.
Advierte el texto que el incumplimiento de estas normas es un atentado contra la dignidad de las personas y pone en riesgo la paz y la seguridad mundial.
“Este hecho puede constituir un crimen de guerra que debe ser investigado por las autoridades nacionales e internacionales competentes”, agregó el Ministerio de Relaciones Exteriores.
El gobierno chileno expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y manifestó su pleno apoyo al pueblo de Palestina en estas complejas circunstancias.
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