Al intervenir virtualmente en el Foro Social del Consejo de Derechos Humanos, celebrado en Ginebra, el mandatario indicó que el mundo es testigo de un desarrollo sin precedentes en el campo de la tecnología y la innovación, según informó la Presidencia de la República.
Sin embargo, argumentó, resulta paradójico que en medio de este crecimiento científico-técnico se agudicen exponencialmente las brechas de desarrollo entre países del centro y la periferia del sistema internacional y «la humanidad esté cada vez más cerca del abismo de la desaparición por la acción indiscriminada del hombre sobre sus propias condiciones naturales de vida».
El jefe de Estado ejemplificó en su alocución como los paradigmas de desarrollo imperantes en el planeta provocan pobreza y exclusión de las mayorías.
Díaz-Canel detalló como su país, desde el triunfo revolucionario en 1959, hace grandes esfuerzos por desarrollar un sistema científico-tecnológico propio y por aplicar sus resultados en función del bienestar de su pueblo y del desarrollo sostenible.
El dignatario ahondó en como el recrudecimiento del bloqueo impuesto por Estados Unidos obstaculiza los esfuerzos de la mayor de las Antillas para avanzar en el desarrollo de tecnologías y la adquisición de insumos, en especial en los momentos más críticos de la pandemia de la Covid-19.
A pesar de las trabas que impuso el cerco unilateral estadounidense, recalcó, los científicos cubanos desarrollaron tres vacunas y la industria biotecnológica logró que el 85 por ciento de los productos empleados en los protocolos de tratamiento del coronavirus fueran elaborados en el país.
El presidente precisó que para garantizar que la ciencia, la tecnología y la innovación contribuyan a la realización de los derechos humanos de todos sin exclusión, es imperativo eliminar las brechas de inequidad.
Abogó por transformar la excluyente y obsoleta arquitectura financiera internacional vigente, así como refundar el sistema de relaciones económicas a nivel global, para que el progreso científico-técnico sea parte integral del derecho inalienable de los pueblos al desarrollo y no engrose aún más deuda externa.
Díaz-Canel manifestó la voluntad de su país para compartir experiencias acumuladas en seis décadas de accionar político en función del desarrollo humano.
Durante su intervención, el jefe de Estado expresó su solidaridad con el pueblo palestino y urgió a lograr un cese al fuego que se traduzca en el respeto inequívoco al derecho a la vida y en el fin de los asesinatos de civiles y personas inocentes.
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