Al intervenir en la jornada conclusiva del XI Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba, el jefe de Estado insistió en la necesidad de perfeccionar el trabajo de la organización, y la pertinencia de acudir a la creatividad y la innovación para hacer más eficaz su función informativa y formativa.
Sin una prensa crítica que apele a la conciencia y los valores humanos, no hay Revolución; sin comunicación política, institucional y social, no hay Revolución; sin periodismo comprometido, creíble, ético, exigente, crítico y educativo, no hay Revolución, sentenció.
El mandatario cubano afirmó que más allá de las ineficiencias internas, los enemigos del proceso cubano trabajan por inducir falta de credibilidad como parte de sus planes subversivos con el propósito de provocar una ruptura de la población, y especialmente la juventud, con la dirección de la Revolución.
Ante ese escenario, convocó a fomentar el pensamiento crítico de los jóvenes y a profundizar en los problemas y desafíos, en medio de un contexto comunicativo internacional diseñado para facilitar la colonización cultural, y transformarlo en uno libertario y emancipador.
Afirmó que los experimentos de los modelos de gestión que impulsa la prensa cubana como parte de su proceso de transformaciones, y en medio de una difícil situación económica, darán resultados, pero deben ser abordados integralmente para elevar sus aportes a la sociedad.
Nuestro empeño –dijo- es que no se lastime nunca o se pierda la unidad de una nación asediada permanentemente por los enemigos del proceso revolucionario.
Tenemos una enorme confianza en los periodistas como compañeros de viaje en el propósito de impulsar el desarrollo del país, apuntó.
Este XI Congreso concluyó con la aprobación del Plan de Acción de la Upec hasta 2028, y la elección de su dirección para los próximos cinco años, en la que su actual presidente, Ricardo Ronquillo, fue ratificado.
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