Según medios oficiales, pertenecen a un álbum de fotos detrás de las cámaras de la secuela de Batman Begins, instantáneas estas de inestimable valor para los admiradores de la obra de Christopher Nolan y del intérprete, quien mereció en 2009 un Oscar póstumo a mejor actor de reparto.
Ledger encarnó al payaso demente, también conocido como Guasón. Según la crítica especializada, logró una de las mejores versiones del Joker; pues con talento y habilidad se despojó de su piel para luego sumergirse en la de este lunático personaje.
Sobre el personaje, el artista refirió en una oportunidad que lo veía como un “payaso psicópata, asesino en serie y esquizofrénico sin un gramo de empatía”. Consideraba que no existían límites sobre lo que el Joker pudiera decir o hacer, “nada lo intimidaba, todo era una gran broma para él”.
Atraído por este comportamiento, el joven enfrentó un duro proceso de preparación que lo llevó a frecuentar varias veces en un mes la habitación de un hotel, donde se encerraba con un diario y experimentaba con voces, para Ledger era importante encontrar una voz y una risa un tanto icónica.
Es innegable que lo consiguió, pero ese tiempo en el cual llevó al límite sus cualidades interpretativas terminó por apagar a los 28 años su vitalidad, cuando transitaba por el mejor momento de su carrera.
Para entonces, su nombre figuraba en varias producciones como 10 Things I Hate About You (1999), Monster’s Ball (2001), A Knight’s Tale (2001), The Order (2003), Casanova (2005), The Brothers Grimm (2005) y Brokeback Mountain (2005).
Tras su deceso surgieron varias teorías, lo cierto es que en la última etapa de su existencia experimentó rupturas emocionales y depresión, además del estrés que le provocaba el trabajo, factores que le impedían conciliar el sueño y lo condujeron a mezclar grandes porciones de medicamentos para combatir el insomnio.
Resultado de una sobredosis, el 22 de enero de 2008 Heath Ledger perdió su mayor batalla, en un instante la risa del Joker se silenció, las luces de los reflectores comenzaron a parpadear y el mundo del entretenimiento vistió de luto en honor a aquel chico que entregó vida y corazón al arte y al espectador.
rgh/amr