Unas seis mil familias, que suman 50 mil personas, han regresado al país desde principios de noviembre y este proceso continúa, afirmó el responsable de información de Spin Boldak, Ali Mohammad Haqmal.
Nuestros muyahidines protegen la seguridad de las personas que llegan aquí durante toda la noche. Si tienen alguna enfermedad o problema, los trataremos, aseguró por su parte Hekmatullah Faizani, oficial de seguridad del campo de refugiados en el paso fronterizo.
Tras el inicio del proceso de deportación forzosa de afganos desde Pakistán, el pasado 1 de noviembre, los funcionarios locales de Kandahar prometieron que continuarán sus esfuerzos para hacer frente a los desafíos de los ciudadanos expulsados.
Varios refugiados se quejan de trato inadecuado por parte del ejército paquistaní; y señalan que ahora que regresaron a Afganistán, es necesario que el gobierno interino talibán aborde sus necesidades.
Según la información de los funcionarios locales de Kandahar, varias familias que no tienen alojamiento recibirán albergue en campamentos temporales, mientras que otras se trasladarán a sus provincias de origen.
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