“Lo más importante para un creador es tener cada vez mayor conciencia de cuál es nuestro papel y subordinar la individualidad a algo mayor”, señaló Kcho en declaraciones a Prensa Latina, y destacó que esta nueva muestra responde al llamado realizado por el papa Francisco el 23 de junio de este año, de poner el arte al servicio de la humanidad.
La presentación, que desde este domingo y hasta el 26 de noviembre podrá ser visitada en ese palacio renacentista, es patrocinada por la embajada de Cuba ante la Santa Sede y el Dicasterio de Cultura y Educación del Vaticano, con la participación del curador Eriberto Bettini.
En el acto inaugural, efectuado en la noche del sábado último, el embajador cubano, René Mujica, destacó la presencia del cardenal Agostino Marchetto, del monseñor Javier Domingo Fernández, jefe de Protocolo de la Secretaría de Estado y de Angélica Ferreira, en representación del Dicasterio para la Educación y la Cultura.
Asistieron además el monseñor Lucio Adrián Ruiz, secretario del Dicasterio para las Comunicaciones, así como Andrea Monda, director del diario L´Osservatore Romano, el crítico Luciano Caprile, la embajadora de Cuba en Italia, Mirta Granda y miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede y Roma.
Mujica señaló que esta exposición de Kcho es expresión de la sintonía de los cubanos con las ideas del papa Francisco, su preocupación por la solución de los desafíos que enfrentamos todos los países, todas las culturas, todas las religiones, todos los seres humanos, en estos tiempos de la historia.
“Para la solución de tales retos requerimos de la hermandad, de la fraternidad, de la solidaridad, y de la comunicación”, dijo el diplomático, y el aporte artístico de Kcho, al que se añade su obra social y humanitaria, es expresión vital de esos valores.
Precisamente, el artista cubano manifestó a Prensa Latina que “hace 30 años era muy feliz cuando hacía una pintura, pero con el paso del tiempo, ahora lo soy aún más construyendo una escuela, poniéndole el techo a una casa”, y agregó que “eso me llena, me da una felicidad que nunca ante había experimentado”.
En sus palabras a los presentes se refirió a la importancia que para él tiene esa obra social, y de manera simbólica se colocó un casco amarillo de constructor, el cual por primera vez lleva consigo fuera de las fronteras de su país y que desde hace 18 años lo acompaña en su labor de reparar viviendas, centros escolares, al lado de su pueblo.
En relación con esta muestra, Bettini señaló a Prensa Latina que se trata de la tercera exposición de Kcho en la Santa Sede, y significó que han pasado casi 10 años desde la primera, de 2014, “cuando comenzamos a promover el arte cubano en Italia y en este espacio del Vaticano, algo muy importante y positivo”.
Por su parte el renombrado crítico de arte Luciano Caprile resaltó en declaraciones a la agencia de prensa el valor de esta exposición de Kcho en la Santa Sede “que simboliza la esperanza, algo muy importante en estos momentos pues responde al llamado del Papa, para que los artistas contribuyan con sus obras en un escenario de guerras”.
“Esta muestra es una contribución a la paz, a la búsqueda de una vida mejor, de un nuevo mundo, pues encontrar la esperanza es algo muy importante, para todos”, manifestó Caprile.
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