Jean-Claude es reconocida como un símbolo de la fraternidad entre Haití, su país natal, y Cuba, donde finalmente se radicó y vivió la mayor parte de su vida.
La artista creció y se desarrolló entre los afligidos cantos de los campesinos de su tierra, quienes expresaban así el dolor de vivir y trabajar en un país en el que primaba una economía maltrecha.
Su debut como solista aconteció en la Catedral de Puerto Príncipe, en la capital haitiana, y en la década del 40 comenzó su carrera profesional con conciertos folclóricos en el Teatro Rex.
En 1952 fue encarcelada por publicar una obra de teatro, Avrinette, que el régimen del presidente Paul Magloire consideró subversiva, por lo que el 20 de diciembre de 1952 llegó a Cuba.
Era esposa del periodista cubano Víctor Mirabal, a quien conoció después de uno de sus espectáculos.
Ya en Cuba, Jean-Claude se convirtió en una estrella en el teatro, la radio y la televisión, actuando con diferentes orquestas y en muchos clubes como el famoso cabaret Tropicana.
Continuó su vida como artista, interpretando fundamentalmente el folklore haitiano, del que realizó una amplia difusión en territorio cubano, además de cantar acompañada por el Conjunto Sonora Matancera y otras figuras relevantes.
En el mundo artístico fue destacada por la crítica como poseedora de una voz cálida y hermosa, de un poder expresivo poco común. Actuó con regularidad en otros países de América y Europa.
Tesoro de Haití o Mujer de Dos Islas son nombres que se ganó la intérprete a lo largo de su carrera.
Después de 34 años de exilio regresó a Haití en 1986, tras la caída del gobernante Jean-Claude Duvalier, y realizó tres conciertos; nunca perdió el vínculo con la tierra que la vio nacer, según ella misma manifestó en entrevistas.
Además Jean-Claude formó parte de diversos espectáculos folclóricos y creó una agrupación musical identificada como Makandal, con la que realizó diversas giras internacionales.
Recibió numerosas condecoraciones entre las que se encuentran las Medallas por la Cultura Nacional de ambos países, Cuba y Haití.
Llegó a participar en películas cubanas y ejerció como jurado en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
Marta Jean-Claude, fallecida en La Habana a los 82 años, fue considerada como la cantante haitiana de mayor trascendencia en la música popular en el pasado siglo.
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