En la primera sesión de trabajo quedaron definidas las actividades socioeconómicas e infraestructuras que mantendrán la vitalidad en el territorio, así como las vulnerabilidades y riesgos que implicaría para la población y las respectivas medidas para su protección, sobre todo en zonas aguas abajo de las presas y de difícil acceso.
Entre las acciones trascienden el reforzamiento con brigadas médicas en los 246 asentamientos con riesgo de quedar incomunicados, la evacuación de pacientes nefróticos y gestantes a término y la vigilancia de los procesos de vertimiento en los embalses que acumulan el 85 por ciento de sus capacidades.
Con tales fines se coordinó el aseguramiento de los recursos para la purificación del agua, la protección de recursos económicos como el ganado expuesto en zonas bajas y productos agrícolas listos para la cosecha, así como el traslado y distribución de los existentes.
Lo anterior aconteció luego que el Instituto de Meteorología emitiera el Aviso de Alerta Temprana, dando seguimiento a la evolución del área de intensas lluvias y tormentas eléctricas en el Mar Caribe Occidental, que amenaza a la región Oriental de Cuba, Haití y República Dominicana.
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