El hecho sucede dos meses después de otra acción similar cuyos daños se estimaron en al menos 115 mil euros, según un mensaje de ese cuerpo difundido en X.
El monumento nacional es ahora también monumento al fracaso en la catástrofe climática, expresaron los activistas en un comunicado en el que informaban de su acción.
La pintura naranja en la Puerta de Brandeburgo es un monumento de advertencia al fracaso del Gobierno en proteger nuestros medios de subsistencia, a los millones de personas que pagarán con sus vidas nuestra vacilación y a todas las personas que ya hoy sufren y mueren por esta crisis totalmente evitable, declaró por su parte Regina Stephan, activista de Última generación.
Según el diario local Berliner Zeitung, la policía acudió rápidamente al lugar, puso fin a la acción de protesta y se eliminó de inmediato la pintura con la ayuda de una máquina de lavado a presión.
En la anterior acción efectuada el pasado 17 de septiembre, las fuerzas de seguridad detuvieron a 14 activistas.
El titular de Finanzas de Berlín, Stefan Evers, afirmó que los autores deberían asumir los costes de la restauración, para que estos no recaigan en el contribuyente.
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