Se trata del primer amor, el de los estudios académicos, el de la escultura, manifestó Diago a Prensa Latina.
Ahí está el objetivo de esta muestra, presentar a ese amor prohibido, era una deuda conmigo mismo, añadió el artista.
El espacio fue escogido por Diago en el Museo del Ron, a propósito del aniversario 30 de Havana Club Internaconal S.A, sitio muy vinculado al arte cubano y a la cultura contemporánea.
Tres décadas después de exhibirse las primeras exposiciones en el museo, el artista decide mostrar los rostros primigenios rasgados desde su formación académica que es la escultura.
Muchos me conocen por la pintura, pero me formé como escultor y este es el resultado de ese amor, como un regreso a mis raíces, comentó.
Con la exposición personal «30 años, 30 rostros», Diago revela una nueva etapa en su quehacer artístico a través de miniaturas caras, hasta las más monumentales facciones y, a la vez, con una diversidad de materiales que le dan riqueza a la figura.
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