En el Memorial António Agostinho Neto, trabajadores de la misión diplomática de la isla, colaboradores de diferentes sectores, un grupo de exalumnos de los programas de formación en la nación caribeña, combatientes angoleños y representantes de organizaciones, rememoraron al estadista cubano.
Al encuentro, marcado por numerosas muestras de cariño hacia Cuba, asistió igualmente el secretario general del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), Paulo Pombolo, además de integrantes del cuerpo diplomático de varios países.
El 25 de noviembre es un día de evocación, recuento, reflexión y unidad, dijo en sus palabras de bienvenida el embajador cubano, Oscar León, en alusión a la fecha de la desaparición física de Fidel Castro, y que actualmente se convierte en momento para recordar su obra e ideas.
León repasó diferentes aspectos de la vida del revolucionario, y en particular su relación de amistad con el primer presidente angoleño Agostinho Neto, y el sólido camino de solidaridad entre las dos naciones que perdura hasta hoy como un ejemplo de cooperación sur-sur.
Fidel y Neto están unidos en la admirable firmeza revolucionaria, la defensa de los principios y la tenacidad en la lucha, dijo el diplomático, quien también subrayó que el legado del líder cubano trasciende las fronteras del archipiélago caribeño y se agiganta cada día en millones de personas decididas a defender sus ideas.
Un panel, integrado por el general Armindo Bravo da Rosa “Kamaka”, el ingeniero químico formado en Cuba José Álvaro y el profesor e investigador Fernando Jaime, recordó a Fidel a través de su obra, de la amistad con el Fundador de la Nación angoleña y de la epopeya protagonizada por ambos pueblos.
Hechos de la historia de la Revolución cubana y del proceso independentista de la nación africana se fundieron con anécdotas de la presencia de los hombres y mujeres de la isla en estas tierras, así como del paso de miles de niños y jóvenes angoleños que fueron a estudiar a la nación antillana.
La trayectoria revolucionaria de Neto, su encuentro con Ernesto Che Guevara y la petición de instructores militares que Cuba acogió de inmediato, además de los inicios de la Operación Carlota en noviembre de 1975, mediante la cual alrededor de 300 mil combatientes pasaron por tierras angoleñas, igualmente fueron recordados.
El rigor, la inteligencia, el buen hacer y el espíritu de sacrificio unió a Neto y a Fidel, y a sus pueblos, aseguró Álvaro; en tanto, Jaime significó que las ideas del revolucionario cubano estarán presentes hoy y siempre.
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