La revuelta sacudió el centro de Dublín y tuvo como antecedente el ataque con cuchillo perpetrado por un hombre contra tres niños y una mujer en las afueras de una escuela.
El Ejecutivo, integrado por democristianos, centristas y verdes, rechazó las protestas, mientras las autoridades no descartan que “grupos de extrema derecha y anti-inmigración intenten otra vez desestabilizar el centro de la capital”.
El primer ministro Leo Varadkar, advirtió sobre más revueltas programadas a través de las redes sociales para este fin de semana. Esos hechos, dijo, avergüenzan a todo el país.
Quiero decirle a una nación que está inquieta y asustada que esto no nos representa, declaró el mandatario, quien elogió la respuesta de ciudadanos de diferentes nacionalidades para reducir al atacante.
La Policía (Garda) detuvo al supuesto agresor la víspera y hoy esta capital amaneció en medio de un despliegue de más de 400 uniformados, entre ellos unos 250 antidisturbios.
Por centenares se cuentan los manifestantes que en la jornada precedente quemaron siete vehículos, incluidos tres autobuses urbanos y un tranvía, mientras que 11 carros policiales sufrieron graves daños.
Asimismo, varios agentes resultaron heridos y 13 establecimientos fueron atacados y sustancialmente dañados, según el comisario jefe de la Garda, Drew Harris.
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