En un documento publicado tras su asamblea ramal, la AAJ denunció que ese cerco forma parte de las acciones norteamericanas para apoderarse de la isla y expresó su respaldo a las instancias que lo condenan como la Asamblea General de las Naciones Unidas y un tribunal internacional que sesionó recientemente en Bruselas, Bélgica.
Además, criticó la agudización y extraterritorialidad de esa política estadounidense mediante la ley Torricelli y Helms-Burton.
La aplicación de esas normativas y la persecución a empresas y ciudadanos de terceros países afectan significativamente la igualdad y soberanía de los Estados. Los enfermos en Cuba no pueden beneficiarse de nuevos medios de diagnóstico, tecnologías y medicamentos, porque el bloqueo prohíbe que esa nación los adquiera si algunos de sus componentes o programas proceden de Estados Unidos, señala el texto.
Además, indica que ese cerco viola las leyes internacionales, la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de los Derechos Civiles y Políticos, entre otros.
La AAJ resalta el fallo emitido por el Tribunal Internacional de Bruselas que califica al boqueo como genocidio y advierte sobre sus graves consecuencias.
También asegura que las políticas norteamericanas atentan contra el pleno disfrute de los derechos humanos por el pueblo de Cuba, otros países y los propios ciudadanos estadounidenses.
Por otra parte, respalda una solicitud para que Washington pague una indemnización a Cuba por los daños causados.
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