Mientras, la Plaza Mayor o Parque Martí, es a zona más antigua y escenario de los grandes capitales con palacetes y locales de recreo y descanso, surgido del desarrollo azucarero del Valle de los Ingenios, también con el titulo patrimonial de la Unesco.
Carlos Joaquín Zerquera (1926-2009), historiador oficial de la villa, en conversación con Prensa Latina, afirmó que la Plaza Carrillo, proyecto en busca de poblar nuevas áreas, surgió en la segunda mitad siglo XVIII y a inicios de XIX tiene el mayor impulso de la gubernatura local.
La explanada hasta l840 se conocía como Plaza Carrillo, en honor al Brigadier Don Pedro Carrillo de Albornoz. De zona de pasatiempo se trasforma en foco de la sociedad con comercios, viviendas, templos religiosos y sociales, añadió.
Documentos de la época -inicio de 1800- dan fe de la solicitud al Cabildo de personalidades trinitarias de solares en la plaza para construir casas que adornen aquel paraje campestre.
El ingeniero Manuel Pastor realiza el proyecto de una plaza destinada a mercado, una obra rectangular, ejemplo renacentista rodeada de calles que en el tiempo mantienen sus nombres: Másico o Jesús María, San Procopio a inicios Pastor de las Guásimas.
Se construye el edificio del Ayuntamiento (gobierno), el Hospital de Caridad y la Iglesia San Francisco de Paula, templo que da un nuevo nombre al parque, el cual continúa luciendo una ostentosa pérgola de hierro fundido en su eje.
Es un hermoso lugar donde se dan también los primeros rasgos de la modernidad del movimiento neoclasicismo, con verjas fundidas y jardinería con plantas florales y autóctonas y se complementan de farolas con la llegada de la energía eléctrica.
Entre las maravillas de antaño las torres con sus campanas y la pérgola en forma de cúpula y que termina en un cono, inmutable al paso del tiempo, obras de José Isabel Giroud, maestro herrero y fundidor nacido en Ferney, Francia, el 30 de abril de 1781.
En la actualidad este núcleo que fija el eje del desarrollo urbano en el siglo XIX se rinde ante la majestuosidad, la recuperación de sus instalaciones emblemáticas y los transeúntes se detienen encantados para admirar la belleza del parque y su pérgola.
Es un generoso espectáculo frente al elegante Grand Hotel Iberostar Trinidad, caracterizada por sus calles empedradas, techos de tejas rojas, museos, templos y hermosos palacetes.
Según el historiador Marín Villafuerte, el agrimensor francés Francisco Lavallée, en sus notas sobre Trinidad, registró que la Plaza de Paula era la más notable y concurrida por el jardín público, calles enlosadas y las rejas de hierro.
En los años su estructura fue simplificándose aun cuando conservó su acento antiguo, calificada por los especialistas y locales como joya primorosa, inspiración para narradores y poetas entre las maravillas de la Ciudad Museo del Caribe.
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