“Lo que falta es su figura, su manera de hablar, su presencia que inspiró tantas certezas, que supo dar respuestas a nuestras muchas preguntas, a las numerosas dudas que nos atenazan”, expresa el texto publicado en ocasión del séptimo aniversario de la muerte del Comandante en jefe de la Revolución cubana.
El documento, que lleva por título “Desde hace siete años todos hemos sido más huérfanos”, señala que el fallecimiento de Fidel, el 25 de noviembre de 2016, dejó “un vacío verdaderamente insalvable”, pero su ejemplo representa “un empujón, un engranaje extra para hacer y actuar, para mejorar el mundo que nos rodea, para seguirlo”.
«Siempre inculcó en quien lo conocía y respetaba una profunda motivación para hacer y actuar, una creencia inquebrantable en las cosas que hacía y lograba”.
“Extrañamos a Fidel”, afirma la nota, pues “¿Cómo olvidar esa claridad suya, esa manera apasionada de hablar con la que incendiaba el corazón de las masas?”, con esa voluntad suya, de acero, «impulsada por una pasión inagotable, por una convicción inflexible”.
En este mundo de hoy “huérfano de una visión global y enjaulado en una cruda prisión de egoísmo” adquiere un peso mayor “su aguda previsión, su incomparable capacidad de análisis, su amor por los demás, según un modelo de internacionalismo que no tenía comparación”.
“Recordar a Fidel significa ante todo reflexionar sobre nuestro mundo, sobre sus múltiples injusticias, sobre nuestra capacidad para corregir esas distorsiones y, sobre todo, sobre nuestra voluntad de actuar en este sentido”.
“Entendió que para mantener vivo el mensaje y las acciones de la Revolución era necesario involucrar al pueblo, hacerlo participar, atender sus necesidades, educarlo” y por ello “prestó extrema atención al futuro, a los jóvenes, a la educación, al deporte, al desarrollo de la medicina y la cultura, a la igualdad social sin crear grietas”.
“Ahora tenemos que seguir adelante sin él, seguir el camino que él ha trazado sabiendo que él no está con nosotros para guiarnos, para tranquilizarnos cuando tenemos dudas, cuando no sabemos qué camino tomar. Su ausencia pesa más allá de nuestra capacidad de expresarnos”.
Tal era la estatura de Fidel como estadista, por la que sigue siendo un punto de referencia intocable y “es nuestra tarea hacer todo lo posible para que su mensaje, sus acciones, sus elecciones, lo que logró construir, no se pierdan”, concluye el comunicado de la Anaic, expresión del sentir del pueblo italiano solidario con Cuba.
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