El recorrido para subir la tarja a su destino final, a unos cuatro mil 500 metros sobre el nivel del mar, comenzó en el Teleférico de Quito, donde el presidente de la Coordinadora Ecuatoriana del Movimiento de Amistad y Solidaridad con Cuba, Lenín Reyes, recordó el ejemplo de Fidel.
Venimos aquí para colocar una pieza recordatoria en su memoria, somos seguidores de su pensamiento y admiradores del Comandante, quien lideró a los cubanos y hoy su sociedad da un ejemplo al mundo, expresó Reyes.
En nombre de los amigos de Cuba allí presentes, destacó a Fidel Castro como “un símbolo de dignidad, de inteligencia, lucha y resistencia frente al imperialismo más grande de la historia de la humanidad, el mismo que impone un bloqueo genocida contra la isla caribeña”.
El embajador cubano en Ecuador, Basilio Gutiérrez, destacó que la decisión de colocar la placa es una muestra de la hermandad y la solidaridad entre ambos pueblos.
Gutiérrez recordó que en varias ocasiones Fidel visitó el territorio ecuatoriano y siempre mostró cariño por este país, y los ciudadanos fueron recíprocos con quien les mostró afecto.
Tras el acto formal comenzó el ascenso a la montaña, una caminata de alrededor de dos horas que puso a prueba la resistencia física de quienes este domingo decidieron rendir homenaje al líder cubano en un sitio insigne y simbólico.
En las faldas del Pichincha se libró hace más de 200 años la batalla que puso fin al dominio colonial español.
A muy pocos metros de la cumbre del volcán, en medio de las bajas temperaturas andinas, quedó fijada la placa donde también se recuerdan los 70 años del histórico alegato de Fidel titulado “La historia me absolverá”.
Jóvenes médicos ecuatorianos graduados en Cuba, personal diplomático cubano, y otros amigos de la nación caribeña estuvieron en el grupo que llegó al punto donde se instaló la placa, justo al lado de otra, también dedicada a Fidel y fijada allí en 2018.
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