Las actividades, encabezadas por el embajador de la nación antillana en el istmo, Víctor Cairo, incluyeron además un conversatorio en la sede diplomática en el que resaltaron el legado del estadista.
En los actos conmemorativos participaron integrantes de la misión estatal, la Coordinadora Nacional de Solidaridad con Cuba, de las organizaciones sociales y de la Asociación Martiana de Cubanos Residentes en el país canalero, entre otros invitados.
El mejor homenaje que podemos rendir hoy y siempre a Fidel no es solo aprender de sus ideales, es ser como él, luchar por la unidad y el amor a nuestros pueblos, indicaron en los diversos actos de recordación a la vida y obra del Comandante en Jefe.
Fidel Castro lideró en la década del 50 del pasado siglo uno de los movimientos insurgentes más influyentes para América Latina y, con su triunfo, comandó uno de los gobiernos de izquierda con mayor impacto.
Como fundador del primer Estado socialista del hemisferio occidental, el líder histórico cubano diseñó, orientó y ejecutó una política exterior de neta independencia y de extensión global, y un magisterio internacionalista.
Además, promovió a escala mundial la batalla del Tercer Mundo contra el orden económico mundial vigente, en particular la deuda externa, el despilfarro de recursos por gastos militares y la globalización neoliberal.
Abogó por una política de solidaridad entre los oprimidos y de respeto a la soberanía dentro del Movimiento de Países No Alineados, organismo del que Cuba fue fundador en 1961.
Su papel frente a la consolidación del proceso revolucionario; las transformaciones económicas y sociales del país; el desarrollo de la educación, la salud, el deporte, la cultura y la ciencia; el enfrentamiento a las agresiones de Estados Unidos y la convocatoria a la unidad en la región lo convirtieron en un símbolo universal de resistencia.
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