En la memoria mundial siguen latentes las imágenes del fatídico 15 de abril de 2019, cuando el famoso templo con más de ocho siglos de historia estuvo a minutos de sucumbir ante las llamas, un recuerdo que empezará a cambiar en los próximos meses con el regreso poco a poco de la catedral a su esplendor, con la reapertura prevista el 8 de diciembre del año próximo.
Particular tristeza causó entonces la destrucción de la aguja de 93 metros de altura, diseñada por el arquitecto autodidacta Eugène-Emmanuel Viollet-le-Duc.
La alargada estructura sustituta será idéntica a la devorada por el fuego, pero todavía demorará un tiempo en descubrirse, hasta que en 2024 esté lista con sus 500 toneladas de madera de roble y 250 de plomo para la cubierta y los adornos.
Según la prensa francesa, la entidad pública a cargo de la reconstrucción de Notre-Dame de París descartó ofrecer detalles sobre la aguja y los plazos.
La catedral gótica ubicada a orillas del río Sena fue declarada en 1991 por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, gracias a su historia, con hechos como la coronación en 1804 de Napoleón, y a su fuente de inspiración, estimulando a genios universales de la talla de Víctor Hugo y Henry Mattisse.
wmr