“Mantengo mis previsiones de crecimiento. Tendremos un crecimiento positivo este año y un crecimiento mayor en 2024 que en 2023”, dijo el responsable económico, y cifró el aumento del producto interno bruto (PIB) en un punto para el presente ejercicio y del 1,4 por ciento para 2024.
Las declaraciones tuvieron lugar el mismo día en que el Instituto Nacional de Estadística (Insee) anunció la caída de un 0,1 por ciento del PIB en el tercer trimestre del año, lo que invierte la tendencia de los últimos meses y contradice la proyección del Banco de Francia que hace un mes ofreció una cifra positiva.
Ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) revisó a la baja sus previsiones para Francia, fijándolas en el 0,9 por ciento en 2023 y del 0,8 por ciento para 2024, reduciendo sensiblemente los datos ofrecidos por París.
La ralentización de la economía francesa, cuyo crecimiento en el segundo trimestre fue del 0,6 por ciento, vino acompañada de una progresiva ralentización de los precios, que en septiembre marcaron una subida del 3,4 por ciento interanual, su nivel más bajo desde febrero de 2022 cuando comenzó el conflicto bélico en Ucrania.
Le Maire confió en mantener la inflación por debajo del 4 por ciento a finales de 2023, y de cara a los próximos años adelantó “mucha menos inflación, tipos de interés estabilizados y un crecimiento que puede despegar de nuevo”.
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