Brenda cumplirá en enero 88 años y buena parte de ellos los vivió con una ceguera casi total en su ojo derecho, un mal que manos expertas de Cuba sanaron en el Hospital “José Martí”, de esta capital.
En el centro los caribeños han practicado 109 mil operaciones oftalmológicas, a las que se suman más de 840 mil consultas.
Armada de par de bastones, pero alegre y dicharachera, esta afable anciana vino desde su natal Rocha, al este de aquí, para participar en el homenaje que la Organización de Asociaciones de Jubilados y Pensionados del Uruguay (Onajpu) brindó a los integrantes de la misión médica cubana.
Como en otros muchos casos, la historia de Brenda no comenzó en el hospital. Los expertos cubanos realizan pesquisas por todo el país y en Rocha le diagnosticaron una catarata operable como la responsable del 90 por ciento de su visión afectada.
“Imagina mi sorpresa. Yo no veía del ojo derecho desde niña. En la escuela cuando iba a hacer una raya en la libreta me salía atravesada”, relata la expresidenta de los jubilados y pensionados de la ciudad de Roca, capital del departamento de igual nombre.
Fui a varios oftalmólogos y el diagnóstico que me daban era que padecía de una dolencia congénita, la cual no tenía solución, añade.
La entrevistada contó que no le comentó nada a los médicos cubanos cuando repetían sus visitas a Rocha y le insistían en solucionar su problema.
Así pasaron años y la catarata empezó en el ojo izquierdo. El entonces jefe de la brigada cubana, el doctor José E. Hernández, le dio un ultimátum. Te operamos el lunes, Te espero en Montevideo, “y allá me fui”.
Al otro día de la operación, cuando me destaparon el ojo, fue una sensación de tremenda alegría, rememora. Veo frente a mí al enfermero cubano y le digo: “Ay qué lindo eres, muchas gracias”.
Luego le operaron el ojo izquierdo y desde hace cuatro años disfruta de su visión recuperada. Leo y hago mis actividades, dijo.
¿Le puedo tomar una foto?, pregunto. “Claro, pero quiero verla”, respondió coqueta con brillo en sus ojos.
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