Todos los estudios publicados aquí hasta la entrada en vigor de la veda de las encuestas daban una ventaja holgada al rechazo sobre el apruebo al texto, aunque aun es una incógnita la inclinación de un amplio segmento de la población después de implantarse el voto obligatorio.
Banderazos, actos en plazas públicas y actividades como puerta a puerta y vocerías ciudadanas continuarán hasta el jueves, cuando concluye la propaganda con el fin de permitir a la ciudadanía reflexionar sobre su decisión.
Más de 15,4 millones de personas están convocadas a las urnas el próximo domingo, en un segundo intento por cambiar la Constitución vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Aunque resulta una paradoja, el extremista Partido Republicano, que se opuso a reemplazar esa ley fundamental, y la alianza de derecha Chile Vamos, lograron mayoría absoluta en el consejo encargado de redactar el proyecto de carta magna, que no logra consenso en la sociedad.
La propuesta contiene acápites considerados regresivos por amplios sectores sociales, como el que atenta contra la interrupción voluntaria del embarazo en caso de violación, inviabilidad fetal y peligro para la vida de la madre.
También rechaza la negociación colectiva de trabajo, el derecho a huelga y la libertad sindical e intenta beneficiar a reos condenados por graves violaciones de los derechos humanos durante la dictadura.
Uno de los puntos que más controversia provoca aquí es la eliminación de fondos a las municipalidades para garantizar servicios como seguridad, salud, educación y otros.
Aunque la campaña no logra el entusiasmo del anterior proceso, se prevé una alta participación debido a la obligatoriedad del voto.
De acuerdo con las autoridades, más de 66 mil efectivos de las fuerzas de seguridad estarán encargados de garantizar la tranquilidad en las ciudades y en los tres mil 118 locales de votación.
Se espera que alrededor de las 20:00 (hora local) ya haya una tendencia de los resultados, según lo declarado por el presidente del consejo directivo del Servicio Electoral, Andrés Tagle.
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