Al pronunciar las palabras conclusivas del evento partidista, el también Primer Secretario de la organización señaló la utilidad de los debates generados sobre los problemas fundamentales del país, “sin complacencia y con un óptimo aprovechamiento del tiempo”.
Las sesiones de trabajo, 15 y 16 de diciembre, pusieron en contexto los esfuerzos de la nación que aún no se convierten en soluciones, medidas que no fructificaron y pronósticos que no se cumplieron, reflexionó el mandatario.
Sin embargo, el jefe de Estado aseguró en su discurso que las insatisfacciones por las metas no alcanzadas “es un motor que mueve las energías revolucionarias, porque sacude la vergüenza”.
En ese sentido, reconoció la valía de intercambiar directamente con la población, “caminar junto al pueblo, dentro de él, ir al corazón de los barrios”, donde las personas no han perdido las esperanzas de lograr la plenitud del socialismo que se construye en Cuba.
En relación con la economía, Díaz-Canel reconoció que las medidas adoptadas para contener la inflación no han sido efectivas y aseguró que para enfrentar ese y otros complejos problemas macroeconómicos se diseñan acciones que implementarán en 2024.
Ante la complejidad de los desafíos del país, el Primer Secretario del CC-PCC señaló una única fórmula: “trabajar y hacerlo bien. Ninguna medida por si sola resolverá todos los problemas. Es una obra colectiva en la que nadie tiene la verdad absoluta”.
Puntualizó que el país “trabaja en un escenario de economía de guerra, con decisiones consensuadas, con trabajo colectivo, con pasión y energía, convocados a revertir la situación actual”.
En este contexto, el Presidente cubano destacó el valor del trabajo político–ideológico, el que constituye –aseveró- un desafío indudable que debe generar emociones y sentimientos y debe hacerse de modo especial con las nuevas generaciones y sus propios códigos.
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