De acuerdo con la Comisión Nacional de Salud, especialistas en cuidados intensivos, ortopedia, neurocirugía y cirugía general de hospitales de Beijing y Sichuan (sur) ya se encuentran en el condado de Jishishan, donde se reportan los mayores daños.
Al cierre de esta información, el número de muertos por el desastre aumentó a 105 en Gansú y a 13 en la vecina provincia de Qinghai, regiones del noroeste de China.
Las autoridades informaron sobre otros tres equipos de ayuda médica de emergencia de las provincias de Sichuan, Shaanxi y la región autónoma Hui de Ningxia que están listos para acudir al lugar del siniestro.
Según la agencia de noticias Xinhua, Gansú envió inmediatamente 33 ambulancias y otros vehículos de rescate, así como 173 médicos para dar tratamiento y trasladar a los pacientes.
Por su parte, la provincia de Qinghai movilizó 68 ambulancias y más de 40 expertos médicos para prestar asistencia.
De acuerdo con los útlimos informes, más de 300 heridos habían sido atendidos en los centros de salud y hospitales.
Con anterioridad, el gobierno chino asignó 200 millones de yuanes (unos 28,18 millones de dólares) de fondos para apoyar los esfuerzos de socorro.
Los ministerios de Gestión de Emergencias y el de Finanzas destinaron 150 millones de yuanes a Gansú y el resto a Qinghai.
Por otro lado, la Cruz Roja de China inició su respuesta de emergencia de nivel II y envió grupos de trabajo a las zonas de desastre.
El organismo asignó cinco millones de yuanes (unos 704 mil dólares) en fondos de ayuda y proporcionó 700 tiendas de campaña, dos mil camas plegables, 12 mil 700 edredones, cuatro mil 500 abrigos acolchados de algodón y mil paquetes familiares.
Asimismo, el principal planificador económico de China también activó una respuesta de emergencia para garantizar el suministro de energía, electricidad y artículos de primera necesidad.
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