Hasta la jornada pasada, Maersk dejó en tierra unos 20 barcos, la mitad de los cuales esperaban al este del Golfo de Adén y el resto al sur del Canal de Suez en el Mar Rojo o al norte del mismo en el Mediterráneo. Todos permanecieron anclados y esperaron los acontecimientos, según el canal TT.
El buque fue atacado por un misil el 14 de diciembre mientras navegaba por el estrecho de Bab el-Mandeb en el mar Rojo.
Al día siguiente, la compañía decidió suspender todos los viajes de los barcos que se dirigieran en la misma dirección.
Desde entonces, varios otros barcos en la zona han sido atacados, incluido el petrolero Swan Atlantic, de propiedad noruega, operado por la naviera danesa Uni-Tankers.
Tras la escalada del conflicto palestino-israelí en la Franja de Gaza, los hutíes afirmaron que llevarían a cabo ataques en territorio israelí y no permitirían el paso de barcos asociados por las aguas del mar Rojo.
Después del aumento de los ataques a barcos, varias empresas, entre ellas el grupo de transporte francés CMA CGM, anunciaron la suspensión del transporte en el Mar Rojo.
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