Los diputados identificaron obstáculos en el control de las secuelas que el uso de los productos fitosanitarios provocan en la salud humana y ambiental, y evidenciaron una forma de «descuido» e «impotencia» en la acción pública para reducir significativamente los pesticidas garantizando al mismo tiempo la seguridad alimentaria.
A pesar del nuevo plan cuyo objetivo es reducir progresivamente el uso de pesticidas en Francia, la comisión consideró que hasta el momento no hay ninguna mejora, y señaló que tanto las fincas ecológicas como las experimentales Delphy (una red de tres mil granjas que voluntariamente trabajan para eliminar el uso de pesticidas) han sido perjudicadas por las autoridades públicas.
Por último, el documento hizo recomendaciones para tratar de evitar la propagación de sustancias químicas que contaminan todos los entornos naturales, considerando que todas los ecosistemas están hoy contaminados: el agua, el aire, el suelo e incluso los océanos, e incluye los altos riesgos de sufrir una variedad de enfermedades graves que afectan a adultos y niños.
Por todo ello los parlamentarios urgieron al “resideño” profundo de los sistemas agrícolas para alcanzar el objetivo de rebajar a la mitad los pesticidas, continuamente aplazado, además de modificar la política agrícola de la Unión Europea (PAC) que históricamente ha fomentado un modelo que abusa de los pesticidas.
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