«La norma cuestiona todos nuestros principios republicanos y tiende una alfombra roja a la extrema derecha», subrayó en la cadena RMC la secretaria general de la organización de más de 600 mil miembros, Sophie Binet, una postura compartida por líderes políticos de la izquierda (comunistas, socialistas, insumisos y ecologistas).
De acuerdo con la dirigente, en las próximas semanas serán convocadas acciones de gran magnitud para rechazar la ley, a las que invitó a “quienes no se sientan parte de esta Francia lepenizada (en alusión a Marine Le Pen) a mostrar su determinación a hacer respetar los valores de la solidaridad”.
El texto aprobado en el Senado y la Asamblea Nacional fue fruto de una negociación entre el oficialismo y los conservadores, estos últimos en ventaja, de ahí que contenga medidas inicialmente no previstas por el gobierno, que obstaculizan la reunificación familiar, las opciones de estudiantes extranjeros y la ayuda social a los foráneos residentes.
Asimismo, reduce la posibilidad de regularizar a personas “sin papeles” que trabajan en empleos con déficit de mano de obra, establece el delito de estancia irregular, y lo sanciona con multa, y deja la puerta abierta a una reforma de la Ayuda Médica del Estado a indocumentados, beneficio que la derecha pretende eliminar.
Para Binet, el presidente Emmanuel Macron se encierra en lo que calificó de deriva política y moral, comparando el escenario con el hundimiento del Titanic.
El Titanic había comenzado a hundirse con la reforma de la jubilación, y ahora toca fondo con esta ley de inmigración, que encarna la alianza del mundo del dinero con la ideología xenófoba, advirtió.
La víspera, organizaciones sociales, sindicales incluyendo a la propia CGT y partidos políticos llamaron en una declaración conjunta a Macron a renunciar a la noma.
“Señor Presidente, en ocasión de su intervención televisiva, nosotros le demandamos solemnemente que tome la única decisión que vale: usted debe renunciar a una ley que representa un atentado a los valores de nuestra República y que además de fracturar a su propia mayoría, fracturará al país”, escribieron.
Por su parte, el jefe de Estado defendió en la televisión la ley, a la cual consideró “el escudo que le faltaba” al país, y le atribuyó dos objetivos: luchar contra la inmigración irregular e integrar mejor a los extranjeros mediante el aprendizaje del idioma y del trabajo.
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