Prohibida en las principales exposiciones de la época y vilipendiada por la prensa y los críticos, la corriente representó una verdadera revolución del pincel en manos de figuras que hoy glorifican cualquier museo o muestra, desde Claude Monet y Édouard Manet hasta Pierre- Auguste Renoir, Eugène Boudin y Paul Cézanne, sin olvidar al “disidente” Edgar Degas o al genio neerlandés Vincent Van Gogh, clasificado sobre todo como postimpresionista.
En 2024, Francia y el planeta conmemorarán los 150 años del movimiento protagonizado por aquellos rebeldes que propusieron recoger en sus lienzos el mundo tal cual es, capturando la naturaleza y la vida en el momento exacto en el que las impactaba la luz.
La frase “Pinto lo que veo, no lo que el resto quiere ver” es asumida como un concepto ilustrativo de las pretensiones de los artistas, pronunciada por Monet, cuyo cuadro de 1872 Impresión, sol naciente —creado mientras contemplaba el amanecer en el puerto normando de Le Havre— dio nombre a la nueva forma de expresión.
Fue en la primavera de 1874, precisamente entre el 15 de abril y el 15 de mayo, que el atelier del escritor y fotógrafo Nadar acogió en el número 35 del bulevar de Las Capuchinas, de París, la primera exposición de los impresionistas.
La lista de la treintena de artistas no pudo ser más ilustre, con los citados Monet, Renoir, Boudin, Cézanne y Degas, junto a Alfred Sisley, Camille Pissarro, Berthe Morisot y Armand Guillaumin, entre otros.
Considerado la meca de los impresionistas, el emblemático Museo de Orsay, de la capital francesa, llevará la voz cantante en la celebración, y no podría ser de otra manera.
De acuerdo con su director, Christophe Leribault, el festejo por los 150 años de la revolucionaria corriente será un viaje en el tiempo, con una muestra inmersiva que resultará difícil de olvidar y la atractiva idea de hacer salir de la otrora estación ferroviaria que mira al Sena a grandes obras del movimiento pictórico para que recorran las cuatro esquinas de Francia.
Los préstamos para su exhibición a otros museos e instituciones no se limitarán a cuadros estrictamente impresionistas, también incluirán pre, para y postimpresionistas, explicó.
Es así que el lienzo Noche estrellada sobre el Ródano, de Van Gogh, estará en la sureña ciudad de Arles, donde lo dibujó en septiembre de 1888, a poca distancia de su morada de entonces, la casa amarilla.
El balcón, de Manet; La catedral de Rouen, La urraca y El desayuno en la hierba, de Monet; La lectora, de Renoir; y La partida del bote, de Gustave Caillebotte, también cruzarán los límites parisinos, con más de 170 obras en total contempladas en la iniciativa.
(Tomado de 4ta Pared, suplemento cultural de Orbe)