Según la agencia de noticias Antara, los dirigentes locales ordenaron el traslado de las comunidades más cercanas, sobre todo, personas mayores, mujeres y niños hacia las escuelas, oficinas y bases militares.
El volcán entró en erupción por segunda vez en menos de dos semanas, considerada como su mayor señal de actividad en las últimas dos décadas, y emitió una columna de humo y cenizas de unos mil 500 metros de altura sobre el este de Indonesia.
Asimismo, alertaron a los residentes sobre la importancia de mantenerse a un radio de dos o tres kilómetros de distancia del cráter, uno de los 127 activos del país asiático, para evitar incidentes y descartaron la existencia de víctimas y heridos por el momento.
De igual manera, las autoridades entregaron ayuda a los evacuados, consistente en suministros de agua, mascarillas, alimentos y mantas.
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