El 2 de julio de ese año, Rojas y Quintana participaban en una protesta contra la dictadura de Augusto Pinochet cuando fueron interceptados por una patrulla militar, que los golpeó, los roció con combustible y los quemó.
Carmen Gloria logró salvarse, con graves secuelas, pero Rodrigo falleció cuatro días más tarde.
Después de 38 años, la justicia chilena condenó a Julio Ernesto Castañer, Iván Humberto Figueroa y Nelson Fidel Medina a 20 años y un día de presidio como autores del delito de homicidio calificado consumado en el caso de Rojas y de homicidio frustrado en la persona de Carmen Gloria.
También impuso penas de tres años de prisión y un día como cómplices de esos ilícitos a Luis Alberto Zúñiga, Jorge Osvaldo Astorga, Francisco Fernando, Leonardo Antonio Riquelme, Walter Ronny Lara, Juan Ramón González, Pedro Patricio Franco y Sergio Hernández.
La Justicia ordenó al fisco a pagar compensaciones económicas a las familias de las víctimas.
En una reciente entrevista concedida a Prensa Latina, la madre de Rodrigo, Verónica De Negri, lamentó la lentitud de la justicia para procesar a los culpables.
“Yo llevo muchos años buscando justicia para mi hijo y esperando el fallo de la Corte Suprema”, dijo De Negri.
Afirmó que mientras la Corte Suprema no dictaminara esos criminales seguirían libres.
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