Favorito en los últimos días para suceder en el Palacio de Matignon a la saliente Élisabeth Borne (mayo del 2022-enero del 2024), el ahora exministro de Educación Nacional se convirtió a sus 34 años en el más joven en el puesto en la V República y enfrenta desde ya duros ataques, que incluyen la consideración de una figura decorativa.
Para el secretario general del Partido Socialista, Olivier Faure, la llegada de Attal a Matignon no cambia nada, “ya que Emmanuel Macron se sustituye a sí mismo”.
Por su parte, el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, estimó en las redes sociales que la función de primer ministro desapareció, acusando a Macron de ser un “monarca presidencial que gobierna solo a su antojo”.
También la jefa de la bancada de los insumisos en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, fustigó al recién nombrado funcionario, a quien tildó de “Macron junior”.
Desde la extrema derecha también resultaron lacerantes las reacciones, con el presidente de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, asumiendo que Macron solo busca beneficiarse con la popularidad del joven político, a quien –dijo- terminará arrastrando en su caída.
Del lado conservador la respuesta ha sido de cautela, con el líder del partido Los Republicanos, Éric Ciotti, prometiendo una oposición responsable y rigurosa, mientras el jefe de la bancada en el Senado, Bruno Retailleau, aseguró que Attal será juzgado por sus actos y por si ejecuta o no una buena política en favor de los franceses.
En el oficialismo, el dirigente parlamentario del gobernante Renacimiento Sylvain Maillard afirmó que el primer ministro sabrá impulsar “fielmente nuestro proyecto”, y la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, le deseó éxitos y mostró confianza en el trabajo conjunto para continuar las reformas.
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