Esta directora que pronto llevará a la gran pantalla la historia de Amy Winehouse, una de las icónicas cantantes británicas del siglo XXI, es, además, fotógrafa, grabadora, productora de cine y televisión, y artista visual, activa desde 1993.
Taylor-Johnson forma parte del denominado Young British Artists, un grupo de artistas contemporáneos de Reino Unido, provenientes muchos de ellos del Colegio de las Artes Goldsmith en Londres.
La expresión «Young British Artist» procede de una serie de muestras expositivas y eventos con el mismo nombre, organizadas en la Galería Saatchi a partir de 1992, que lanzó a los creadores participantes al reconocimiento internacional.
A ese equipo pertenece Taylor-Johnson, quien debutó en el cine como directora en 2009 con «Nowhere Boy», una película basada en las experiencias de la infancia del beatle John Lennon.
Dentro de su completa colección fotográfica se encuentran sus trabajos al exfutbolista David Beckham, a quien filmó durmiendo, a Elton John y al dúo de synthpop británico Pet Shop Boys.
Sus fotografías se exhiben en el museo Guggenheim, en la National Portrait Gallery de Londres y en las mejores galerías del mundo.
Taylor-Johnson es una de las más aclamadas artistas británicas del momento.
En 2004 lanzó su serie de fotografías «Crying Men» («El llanto de los hombres»), 27 retratos de conocidos actores masculinos (Laurence Fishburne, Sean Penn, Dustin Hoffman, Paul Newman, Willem Dafoe o Robert Downey Jr.) a quienes sometió a la prueba de llorar de un modo sincero ante su cámara.
Ante el ojo agudo de esta artista, las imágenes de su compendio plantean la pregunta de cuánto hay de verdad y cuánto de mentira en las emociones de estos famosos actores.
En 1994 expuso una obra titulada «Killing Time», en el que cuatro personas se trasladaron a una ópera, a partir de ese momento las obras de video multi-pantalla se convirtieron en el foco principal de la obra de Taylor-Johnson.
Taylor-Johnson fue nominada para el anual Premio Turner en 1998, pero perdió frente al pintor Chris Ofili. Luego ganó el Premio Illy Café para «Joven artista más prometedor» en la Bienal de Venecia de 1997.
La sensibilidad cinematográfica de Taylor-Wood se combina con referencias a la historia de la pintura, y las fotografías están estructuradas como retablos y predellas renacentistas (paneles relacionados iconográficamente a lo largo de las bases del retablo).
En el año 2000 la artista creó un fotomural alrededor del andamiaje de los almacenes de Selfridges de Londres, el cual incluyó 21 iconos culturales como Elton John, el músico Alex James y los actores Richard E. Grant y Ray Winstone.
Taylor-Johnson fue nominada para un premio Bafta el 21 de enero de 2010, pero no consiguió el galardón, siendo Duncan Jones el triunfador, sin embargo, hoy su ímpetu la persigue y no para de andar con cámara en mano a la par que la fotografía, con la cual continúa captando emociones, rostros, sentimientos y pasiones.
Uno de esos casos recae ahora en el largometraje dedicado a la cantante británica Amy Winehouse, quien falleció a la edad de 27 años debido a una intoxicación etílica.
La tormentosa y corta vida de la intérprete hecha película en un biopic va de la mano de Taylor-Johnson, y honra el arte, el ingenio y la honestidad de Amy, además de intentar comprender sus demonios.
Se trata de una mirada inquebrantable a la maquinaria moderna de la fama, y un poderoso homenaje a un talento único y legado en una generación, la de Winehouse.
La producción se estrenará en abril con el título «Back To Black», según se dio a conocer hace pocas horas por varios medios como CNN en español.
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