En la cita en las urnas ganó ayer el candidato William Lai, del Partido Democrático Progresista, un defensor de la independencia de la isla de China, potencia que advirtió que su voluntad de reunificación nacional “es tan firme como una roca”.
Taiwán es un socio importante de Europa y de Francia, en particular en las áreas económica, cultural, científica y tecnológica, por lo que esperamos que después de estas elecciones sigan reforzándose los lazos, dentro del respeto a la política de una sola China, subrayó en un comunicado la Cancillería gala.
El Quai d’Orsay felicitó a los electores y a los políticos que compitieron en lo que calificó de un “ejercicio democrático”.
Reafirmamos el carácter crucial de la paz y de la estabilidad en el estrecho de Taiwán, llamamos al respeto del statu quo de todas las partes y esperamos un reinicio del diálogo entre ambos lados del estrecho, abundó.
Beijing insistió en respuesta a los comicios en que los mismos no cambian su postura decidida a lograr la reunificación, la cual considera inevitable.
Occidente, y sobre todo Estados Unidos, utilizan a Taiwán como una punta de lanza en su visión geopolítica ante la creciente influencia y el poderío económico y militar de China.
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