En concreto el saldo natural, diferencia entre el número de nacimientos y defunciones registrados durante el año, fue de 47 mil, y ello gracias al aumento neto de la inmigración (183 mil personas) y la mejora de la esperanza de vida (6,5 por ciento con respecto a 2022), pues el número de nacimientos siguió cayendo, un 6,6 por ciento menos que en 2022 y casi un 20 por ciento por debajo de 2010.
De acuerdo al informe, el número de nacimientos se estimó en 678 mil el pasado año, pero la tendencia desde 2011 se fue acelerando de manera progresiva, entre 2014 y 2019 la caída promedio fue del 1,6 por ciento anual, en 2022 llegó al 2,2 por ciento, y un año después se triplicó (6,6).
En cuanto al índice de fecundidad total, de 1,68 hijos por mujer en 2023, se halla “en fuerte descenso” después del 1,79 en 2022, señaló el documento, y recordó que para encontrar un nivel tan bajo “tenemos que remontarnos a 1993-1994”.
Esta tasa de fecundidad caerá en 2023 para las mujeres de todos los grupos de edad, incluidas las de 30 años o más, que no se vieron afectadas o sólo ligeramente por la disminución de la fecundidad en los años anteriores a la crisis sanitaria. El INSEE señala también que en 2023, la edad media de maternidad aumentará, como en 2022, hasta los 31,0 años, frente a los 29,5 años veinte años antes.
Además, la tasa de mortalidad infantil fue de 4 muertes por cada mil nacidos vivos, una cifra que se mantiene desde 2005, a pesar de haber retrocedido con mucha fuerza durante el siglo XX.
Otra de las conclusiones del informe es que si bien el numero de decesos fue un 6,5 por ciento menor que en 2022, la continuación de las variantes de gripe derivadas de la pandemia de Covid-19, así como las olas de calor extremo, mantuvieron el total de muertes por encima de las cifras registradas antes de la crisis sanitaria.
En todo caso, la esperanza de vida de los hombres alcanzó por primera vez en Francia los 80 años, mientras que en las mujeres llegó hasta los 85,7 años para las mujeres, según mostró el estudio.
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