Durante la ceremonia, con sede en el Palacio Imperial de esta capital, García transmitió a su majestad el mensaje de condolencias del presidente cubano Miguel Díaz-Canel por los estragos del terremoto ocurrido el pasado 1 de enero en el centro de la nación asiática.
Asimismo, trasladó los deseos de contribuir al fortalecimiento de la histórica amistad que une a ambos países, precisó un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.
Previo al encuentro con el emperador, la nueva embajadora antillana conversó con el ministro japonés de Medio Ambiente, Shintaro Ito, sobre el estado de los vínculos bilaterales.
El acto protocolar incluyó una procesión de carruajes tirados por caballos desde la emblemática estación de trenes de Tokio hasta el Palacio Imperial.
De acuerdo con la Agencia de la Casa Imperial, lo coches utilizados para la ceremonia de presentación de credenciales tienen gran valor artístico y fueron fabricados entre el final del período Meiji (1868 – 1912) y el comienzo del período Showa (1926 – 1989).
García sustituyó al embajador Miguel Ángel Ramírez, quien concluyó recientemente su misión oficial de cuatro años en la capital nipona.
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