El evento tendrá lugar los días 25 y 26 de enero y es convocado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y el ministerio chileno del ramo.
En esta región, considerada una de las más desiguales del mundo, la pandemia afectó a más de 170 millones de estudiantes, quienes perdieron como promedio 1,5 años de escolaridad.
Además, 4,3 millones de niños en edad primaria y secundaria permanecen fuera de la escuela, señala una nota publicada en la página de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
“Hay que redoblar los esfuerzos para que la recuperación y la transformación educativa estén en el centro de la agenda política y social. Nada menos que el futuro de una generación depende de ello”, dijo Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de la Unesco en Santiago.
Mientras, el ministro de Educación de Chile, Nicolás Cataldo, señaló que en el encuentro se intercambiarán experiencias de políticas para avanzar en la reactivación y transformación de la enseñanza y afrontar los desafíos de la región luego del impacto de emergencias y crisis como la pandemia.
Según el informe del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes o Informe PISA, en el área tres de cada cuatro estudiantes no alcanzan las competencias mínimas en matemáticas y más de la mitad no cuenta con habilidades básicas en lectura y ciencias.
La reunión es coauspiciada por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, el Banco Mundial, la Cepal y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.
El Secretario Ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, destacó el papel central que juega la educación para abordar la doble trampa de desarrollo en la que se encuentra América Latina y el Caribe, caracterizada por una alta desigualdad y un bajo crecimiento económico.
“Toda estrategia exitosa de desarrollo sostenible requiere invertir en sistemas educativos y de formación profesional no solo bien financiados sino también eficaces”, expresó.
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