Los maestros de danza cubanos, Ulises Mora e Irma Castillo, quienes radican en esta nación europea, promovieron la iniciativa en 2002, en el centenario del natalicio del poeta nacional de la isla, Nicolás Guillén, cuya obra se encuentra muy ligada al Son montuno, y estaban lejos de imaginar el alcance que tendría la propuesta que aún dirigen.
A la celebración de este 22 aniversario asistió la primera secretaria encargada de asuntos consulares de la Embajada de la nación caribeña en Roma, Arasay D´Angelo; el tercer secretario para Prensa y Cultura, Alejandro Betancourt y Marco Papacci, presidente de la Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba (Anaic), entre otros invitados.
En el nacimiento de Clave de Son se unió la experiencia de Castillo, licenciada en metodología de la enseñanza de danzas populares cubanas y afrocubanas en el Instituto Superior de Arte de su país, y de Mora, coreógrafo y director general del proyecto Timbalaye, dedicado a la rumba cubana, patrimonio inmaterial de la humanidad.
Mora expresó, en declaraciones a Prensa Latina que, en poco más de dos décadas, “ya han participado miles de italianos y nacionales de otros países en este proyecto, muchos de los cuales viajaron a Cuba para asistir a eventos como el Festival Internacional Timbalaye, cuya decimoquinta edición se celebró en agosto de 2023”.
El objetivo de este proyecto, con sede en el número 5 de la Avenida Largo Arrigo VII, en Roma, es transmitir los elementos constitutivos de las danzas cubanas como el ritmo, los movimientos, el estilo y la interpretación, así como la cultura y la historia de las que provienen.
Los profesores se apoyan en actividades dirigidas y específicas como lecciones con percusión y música en vivo, la proyección de videos, documentales y películas, además de veladas temáticas, conciertos, encuentros con profesionales de la cultura cubana y danzas folclóricas.
La característica que distingue el método de enseñanza en Clave de Son es la constante referencia a los elementos básicos y fundamentales de las danzas cubanas, como el ritmo y la coordinación, remitiéndose durante las lecciones a las técnicas didácticas y estilísticas del folclore contemporáneo.
“La enseñanza de nuestra cultura genera una sensibilización con Cuba, sus tradiciones, sus raíces y con el alma de su gente, que motiva una mayor interrelación entre ambos pueblos”, manifestó Mora.
“Esta identificación motiva acciones solidarias, entre las que se encuentran los envíos por integrantes de Clave de Son, de medicamentos e insumos sanitarios al país caribeño, como el realizado durante la pandemia de Covid-19”, agregó el profesor cubano.
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