A propósito del espectáculo, el director general de la agrupación, Fernando Sáez, destacó en entrevista con Prensa Latina que el programa incluye tres obras, concebidas dentro del repertorio habitual, algunas de reciente estreno como Vértigo.
Abriremos el programa con Nana para un insomnio, pieza estrenada en el mes de diciembre de 2020, y que constituye la primera coreografía de Daile Carrazana, una de las tres cofundadoras de la compañía junto a Osnel Delgado y yo, significó.
Dicha propuesta, dijo, es una trilogía que se convertirá luego en una serie de coreografías creadas por ella e inspiradas en la música y la personalidad de Bola de Nieve, a la vez se aproximará a obras musicales de compositores que han sido motivados también por la melodía de este intérprete.
Nana para un insomnio cobrará vida en la piel de Osnel Delgado, quien danzará al compás de la música del compositor español Jordi Sabates, interpretada por el pianista de origen cubano residente en Nueva York Arturo O’Farrill.
Es un gran amigo y el músico con quien más hemos colaborado desde que se fundó la compañía. Trabajamos juntos en más de cinco producciones, y creó para Malpaso más de tres obras originales, consideró sobre O’Farrill.
La segunda pieza será Vértigo, estrenada en diciembre del pasado año, con coreografía de Susana Pous e interpretada musicalmente para esta ocasión por el Cuarteto de Cuerdas Alma.
Es la primera vez que colaboramos con una coreógrafa, el resto de las cooperaciones en esta esfera han sido con coreógrafos extranjeros invitados y con los de la compañía: Osnel Delgado y Daile Carrazana, refirió.
La velada músico-danzaria finalizará con A Dancing Island (La Isla que Baila), última producción de Delgado con música del saxofonista estadounidense Ted Nash, el pianista cubano Alejandro Falcón, y el trío Cubadentro.
Falcón se unirá a Cubadentro e invitados para ofrecer al público este proyecto que, al decir de Sáez, surgió a modo de revisitar la historia de la música popular y los bailes sociales cubanos, desde el lenguaje de la danza contemporánea y el latin jazz.
Aquí apreciarán cómo de una forma cronológica avanzamos en la recreación de nuestra música y danza, desde la rumba hasta el son.
Sobre el Jazz Plaza opinó que es un festival ecuménico por excelencia. “Todos los espacios donde se propicie la inclusión y el diálogo son siempre bienvenidos, extremadamente importantes en el mundo en que habitamos”.
Que ocurra una vez al año me parece excelente, y resulta magnífico que posea esa perspectiva de involucrar de una forma notable a otras manifestaciones artísticas, añadió.
Al preguntarle con cuál palabra o frase definiría a la agrupación respondió: creo que aproximarme a Malpaso y a los 11 años de obstinación y trabajo merece más que una frase corta.
A su vez agregó, “diría que la resiliencia, el amor profundo y la pasión por la danza nos caracterizan, y aunque lo perfecto es enemigo de lo bueno, siempre tenemos como objetivo realizar un trabajo de la más elevada calidad posible”.
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