Nada detuvo su avance en los mil 800 kilómetros recorridos tras su salida de Mangos de Baraguá, en el oriente cubano el 22 de octubre de 1895 y su arribo a Mangos de Roque, en la provincia de Pinar del Río, donde acamparan el lugarteniente general Antonio Maceo y su tropa, apuntó el historiador Juan Carlos Rodríguez.
Conocida como el suceso más trascendental de la centuria al sintetizar y consolidar el arte militar cubano, la invasión mambisa no solo confirmó el criterio martiano de la guerra necesaria sino que demostró al mundo la capacidad y decisión de un pueblo de ser libre, agregó.
Apuntes de la época subrayan el propósito del contingente libertario de llegar “hasta los últimos confines del occidente, hasta donde haya tierra española. Allí se dará el Ayacucho cubano”.
En Mantua, distante a más de 200 kilómetros de La Habana, Maceo y sus soldados son recibidos por los lugareños, quienes organizan un baile en su honor y muchos de sus hombres se suman al contingente, tal y como sucediera en todo el trayecto por tierras vueltabajeras, destaca el historiador.
De esta forma, se hace realidad la lógica de un ejército popular y plural que aportara enseñanzas a la lucha armada iniciada por Fidel Castro en la Sierra Maestra y triunfara el 1 de enero de 1959, concluye Rodríguez.
Mambises del presente reeditaron la entrada triunfal de la hazaña que alimenta el orgullo patrio.
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