Frente a un movimiento que cobra fuerza y amenaza con extender su alcance, el jefe de Estado aseguró en su cuenta en X que indicó al gobierno asumir una plena movilización para aportar soluciones concretas a las dificultades de los campesinos, quienes denuncian la inflación, los bajos salarios y normas ambientales muy severas.
Por su parte, Attal prometió respuestas “sin tabúes” en la Asamblea Nacional, donde fue interpelado por diputados de diversos partidos.
El primer ministro afirmó que mantendrá en los próximos días sus reuniones con los agricultores, las cuales comenzaron anoche con líderes de la Federación Nacional de Sindicatos de Agricultores de Francia (Fnsea) y de los Jóvenes Agricultores (JA).
Las críticas al gobierno escalaron tras la muerte en las últimas horas de una manifestante en uno de los bloqueos, en Ariège, donde su esposo e hija resultaron heridos de gravedad cuando un vehículo intentó burlar el cierre, provocando el mortal accidente y la detención de las personas que viajaban en el automóvil.
“Ellos solo se manifestaban por su dignidad”, señaló en la Asamblea el diputado Sébastien Jumel.
En sintonía con los anuncios realizados ayer por el presidente de la Fnsea, Arnaud Rousseau, los bloqueos se incrementaron hoy en Francia, además del cierre de la autopista A64, que enlaza a las sureñas ciudades de Toulouse y de Bayona (País Vasco francés), aplicado desde el jueves.
Rousseau advirtió al ejecutivo que las palabras no bastan y urgen acciones concretas, y adelantó que las protestas continuarán hasta que sean necesarias, aumentando de manera escalonada.
Las carreteras A7, A62 y A63 fueron igualmente trancadas por campesinos con sus tractores, al igual que los accesos a la central nuclear de Golfech.
No solo Francia es escenario de manifestaciones de agricultores, con movilizaciones registradas en Alemania, Países Bajos, Polonia, Rumania y otras naciones, por lo que los ministros de Agricultura de la Unión Europea se dieron hoy cita en Bruselas.
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