Todos los puntos clave que conducen a la capital serán ocupados por los agricultores, adelantaron en un comunicado común de cara a lo que será la tercera semana de protestas, que comenzaron el 18 de enero con el cierre con tractores de la autopista A64, la cual enlaza a las sureñas ciudades de Toulouse y de Bayona (País Vasco francés).
Afiliados de 17 departamentos ubicados en las inmediaciones de París fueron convocados para este nuevo acto de presión.
Los principales gremios de los trabajadores del campo consideran insuficientes las medidas informadas ayer por el primer ministro Gabriel Attal para tratar de calmar la cólera de un sector que denuncia bajos salarios, desigualdades en la distribución de ingresos, burocracia y normas ambientales europeas que tildan de muy severas.
El paquete gubernamental incluye una ayuda de 50 millones de euros a la filial biológica (productos Bio), la suspensión del alza del precio del combustible para tractores, la simplificación de los trámites y de las asistencias y las garantías de que Francia no apoyará el acuerdo Unión Europea-Mercosur, además de la promesa de próximas acciones adicionales.
Aunque en las últimas horas fueron levantados algunos bloqueos, entre ellos el de la A64, al menos 30 autopistas y puntos del país permanecían obstaculizados este sábado.
Desde anoche, la Fnsea y los JA habían descartado detener el movimiento, esgrimiendo que las medidas de Attal no responden a todos los reclamos de los agricultores, quienes consideran que cada vez es más difícil vivir de su trabajo.
Algunos manifestantes también señalaron que bloquearán a partir del lunes el Mercado Internacional de Rungis, uno de los mayores del mundo de productos agrícolas y punto neurálgico para el suministro de alimentos en París y muchos otros departamentos.
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