Nacido en Praga el 3 de julio de 1883 en una familia de judíos asquenazíes instaurada en la alta sociedad, al crecer Kafka desarrolló su carrera literaria en alemán, ya que pertenecía a la minoría germanoparlante de Bohemia, en aquel tiempo todavía bajo el dominio del Imperio austrohúngaro.
Estudió Derecho y se doctoró en 1906, y tiempo después de relacionarse con el quehacer literario decidió centrarse en escribir sus creaciones en papel.
Publicó en 1912 la antología Contemplación y en 1915 vio la luz su célebre obra La metamorfosis.
En su escritura, asociada al expresionismo y existencialismo, se dice que destaca la temática de lo absurdo, los personajes extraños, el lenguaje elaborado y preciso, y otras marcas que le otorgan singularidad.
Kafka enfermó de tuberculosis y escribió muchos de sus cuentos mientras permanecía convaleciente.
Los estudiosos describen su literatura y personalidad llenas de misterios, rutinas y claroscuros.
Legó al mundo muchas creaciones, entre estas En la colonia penitenciaria, El proceso y El castillo o Carta al padre, algunas llevadas al cine.
Fue pionero en la mezcla del realismo y lo fantástico, y su quehacer logró influenciar a figuras literarias como Albert Camus, Jean Paul Sartre, Jorge Luis Borges y Gabriel García Márquez.
En vida, Kafka fue poco leído, e incluso pidió que la Historia le olvidara, pero hoy su fama es universal.
La mayor parte de su trabajo permaneció inédito hasta el momento de su muerte. Poco antes de fallecer le encargó a su mejor amigo, Max Brod, que destruyera una maleta donde estaban todos sus textos. Pero su camarada, junto con la última compañera del autor, Dora Diamant, decidió intervenir en la publicación de su obra, que acabó en un éxito internacional.
(Tomado de 4ta Pared, suplemento cultural de Orbe)