Varios cierres de autopistas con tractores fueron levantados en las últimas horas, entre ellos el tal vez más emblemático de las protestas desde su arranque él 18 de enero, el de la A64, que enlaza a las sureñas ciudades de Toulouse y de Bayona (País Vasco francés).
La operación seducción del primer ministro Gabriel Attal continuará este domingo con su visita a una granja de producción bovina en el departamento de Indre y Loira, desde donde reiterará seguramente que las medidas gubernamentales para responder a las demandas del campo seguirán.
El viernes, Attal anunció en Montastruc-de-Salies un paquete de 10 acciones ante la cólera del sector, entre ellas una ayuda de 50 millones de euros a la filial biológica (productos Bio), la suspensión del alza del precio del combustible para tractores, la simplificación de los trámites y de las asistencias y las garantías de que Francia no apoyará el acuerdo Unión Europea-Mercosur.
Aunque algunos agricultores, como el criador de vacas Jérôme Bayle, líder del bloqueo de la A64, mostraron satisfacción, la mayoría consideró insuficientes las medidas ante sus denuncias de bajos salarios, desigualdades en la distribución de ingresos, impacto de la inflación, burocracia y normas ambientales europeas que tildan de muy severas.
Los principales gremios del campo e impulsores del movimiento de contestación, la Federación Nacional de Sindicatos de Agricultores de Francia (Fnsea) y los Jóvenes Agriculturas (JA), descartaron detener las protestas.
El primer ministro no respondió a la totalidad de las cuestiones planteadas, señaló el viernes a la cadena TF1 el presidente de la Fnsea, Arnaud Rousseau.
Por su parte, el máximo dirigente de los JA, Arnaud Gaillot, comentó al canal BFM TV que después de consultar a las bases, la palabra de orden es mantener la movilización, la cual tiene como principal expresión el bloqueo de autopistas con tractores, con acciones que llegaron a impactar a 85 de los 96 departamentos metropolitanos.
Algunos tomarán un descanso, otros continuarán todo el fin de semana, pero la intención es seguir, abundó Gaillot.
La víspera, la Fnsea y los JA informaron en un comunicado conjunto la decisión de bloquear París a partir de mañana a las 14:00, hora local, para lo cual convocaron a afiliados de 17 departamentos ubicados en las inmediaciones de esta capital.
También se conoció la intención de manifestantes de bloquear mañana el Mercado Internacional de Rungis, uno de los mayores del mundo de productos agrícolas y punto neurálgico para el suministro de alimentos en París y muchos otros territorios.
La clase política francesa, con sus peculiaridades e intenciones, respalda el movimiento de contestación, lo cual se traduce en duras críticas desde la oposición al gobierno, que trata de defenderse con argumentos como el que el problema de los campos es de vieja data.
Este domingo, el presidente del partido Los Republicanos (conservadores), Eric Ciotti, propuso un salario mínimo mensual de mil 500 euros para los agricultores y tildó de “ridículamente débiles” las medidas anunciadas por el primer ministro Attal.
Desde la izquierda, el secretario nacional del Partido Comunista, Fabien Roussel, apoyó a los agricultores e instó a la “convergencia de las cóleras”.
Reina la expectativa por lo que sucederá el lunes con el movimiento, a partir de una eventual escalada de la presión y por la posibilidad de que otros sectores se unan a la movilización, con la Confederación General del Trabajo (CGT) que ya convocó a sus miembros a salir a las calles junto a los agricultores.
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