El 21 de diciembre de 2022 fue firmado un acuerdo en el que se subraya que Henry permanecería 14 meses en su cargo, el cual entregaría el 7 de febrero del año en curso.
Este debía formar un nuevo gobierno, establecer un Consejo Electoral Provisional y asumir la organización de las próximas elecciones.
Ante su silencio sobre el asunto y la ausencia de una actitud que complazca a sus detractores, los opositores comenzaron a promover protestas.
Las revueltas pueden alcanzar hoy su tope, al punto que lo obliguen a dimitir, un empeño en el que vienen trabajando la desunida oposición convocando a manifestaciones que van desde tres hasta cinco días.
Ejemplo de ello fue el llamado del exsenador Jean Charles Moïse que pidió a la población que protestara durante cinco jornadas con el objetivo de derrocar a Henry, paralizar la nación y convertir a la capital en una ciudad fantasma.
Moïse enfatizó que las revueltas no solo fueran en Puerto Príncipe, sino en todo el territorio nacional.
Instó a la ciudadanía haitiana a cerrar las puertas de las instituciones públicas sin distinción alguna, y descartó cualquier posibilidad de manifestaciones pacíficas, las cuales no tendrían hora, ruta, ni destino.
El exsenador aconsejó a la policía no interferir en esta batalla popular para apuntalar a Henry, que lleva un mandato cargado de criminalidad, corrupción y sin estabilidad.
En ese contexto, el líder del Sector Democrático y Popular, André Michel afirmó que no habría transferencia de poder el 7 de febrero, porque nunca fueron celebradas elecciones.
Por tal motivo es imposible que Henry deje el poder por el momento, comentó el opositor radical en una entrevista en Radio Magik 9.
“El Estado haitiano no está en condiciones de garantizar la seguridad en toda la nación. Hay jefes de bandas que controlan una gran parte del país, y no es posible llevar a cabo comicios generales en esta situación. Por eso pedimos una fuerza internacional”, expresó Michel quien instó a Henry a continuar con el diálogo político.
Este 7 febrero podría pasar a la historia como un día igual a cualquier otro, alimentando la incertidumbre política en Haití, comentó Michel.
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