La muestra que ofreció un acercamiento a la obra del genio neerlandés en sus últimos 70 días de vida superó en asistencia a otras muy concurridas en la otrora estación de trenes a orillas del Sena, como “Edvard Munch. Un poema de vida, amor y muerte”, que atrajo en 2022 a 724 mil personas, y “Picasso. Azul y Rosa”, con 670 mil en 2018.
En un comunicado, Orsay destacó que durante los 108 días de la exposición, el promedio diario de visitantes ascendió a siete mil 181.
Vincent Van Gogh se instaló el 20 de mayo de 1890 en Auvers-sur-Oise, comuna situada unos 30 kilómetros al Norte de esta capital, motivado por la experiencia del doctor local Paul Gachet en el tratamiento de la melancolía.
El afamado artista falleció en la propia localidad el 29 de julio, después de darse dos días antes un disparo en el pecho, legando 74 cuadros y 33 diseños en ese período particularmente prolífico de su tormentosa existencia.
Nunca antes el epílogo de la existencia del pintor postimpresionista estuvo mejor contado, gracias a años de investigación, al esfuerzo de expertos como Nienke Bakker (Museo Van Gogh de Ámsterdam) y Emmanuel Coquery (Orsay) y al aporte de instituciones de varios países y de coleccionistas privados.
La iglesia de Auvers-sur-Oise, El Doctor Paul Gachet, Trigal con cuervos, Raíces de árbol, Campo de trigo bajo el cielo nublado y muchas otras obras conformaron la exposición, que fue inaugurada el 3 de octubre del año pasado y estuvo abierta hasta el 4 de febrero.
En total, “Van Gogh en Auvers-sur-Oise Los últimos meses” ofreció unos 40 cuadros y 20 dibujos representativos de una etapa de pinceladas empastadas, símbolo de la emoción y del talento de un artista que pintaba para intentar espantar una enfermedad que nunca sabremos cuál fue.
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