Permanecemos extremadamente preocupados por el aumento de los ataques israelíes contra la ciudad de Rafah tras la destrucción y las masacres que ya han cometido en la Franja de Gaza, explica un comunicado de la Cancillería en su sitio web.
Consideramos que esta operación forma parte de un plan para expulsar a los habitantes de Gaza de su propia tierra, añade.
De acuerdo con el ministerio de Asuntos Exteriores, los ataques continuos empeorarán la tragedia humanitaria en Gaza y socavarán los esfuerzos para garantizar un alto el fuego duradero en la región.
Por tal razón hacen un llamado a la comunidad internacional, en particular al Consejo de Seguridad de la ONU, a tomar las medidas necesarias para detener a Israel.
El 7 de febrero, el jefe de gobierno del Estado judío, Benjamín Netanyahu, indicó que los militares habían recibido órdenes de prepararse para el inicio de los combates en Rafah, en la frontera de la Franja de Gaza con Egipto.
Dos días después, ordenó al ejército que preparara un plan para evacuar a los civiles y eliminar los cuatro batallones restantes del movimiento radical palestino Hamás en la ciudad.
La noche del 12 de febrero, los medios árabes informaron que las fuerzas armadas israelíes llevaron a cabo ataques masivos contra la ciudad de Rafah.
Según los últimos datos del canal de televisión Al Mayadeen, al menos 100 personas fueron víctimas de los atentados y más de 230 resultaron heridas.
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