Más de 25 mil 500 censistas participarán en este proceso que busca recabar información sobre la cantidad de personas que viven en el país, los datos de la vivienda y los sitios de residencia.
Esta información estadística es clave para la actualización de las estimaciones del número de habitantes, las áreas geográficas, los subgrupos poblacionales y la confección de políticas públicas.
Las personas entrevistadas deberán responder 50 preguntas desde la cifra de integrantes del hogar, la ocupación u oficio, el transporte utilizado, hasta el género, religión o lengua originaria.
También serán interrogadas sobre el acceso a servicios básicos, como agua y electricidad, el estado civil o el nivel educacional.
Macarena Alvarado, jefa del proyecto, destacó que una de las novedades de este proceso es que se va a realizar en la puerta de las viviendas, para la seguridad de las familias y encuestadores.
El censo debía realizarse en 2022, pero debió ser retrasado por la pandemia de la Covid-19.
La última medición se hizo en 2017, cuando las personas registradas superaron las 17 millones 574 mil, de ellas 51,1 por ciento mujeres y 48,9 hombres.
El muestreo arrojó un envejecimiento acelerado de la población. En 1992 las personas con 65 años o más representaban el 6,6 por ciento, sin embargo en 2017 ese grupo etario ascendió al 11,4.
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