Expertos antiexplosivos desactivaron el dispositivo que llegó a un tribunal en la ciudad norteña de Tesalónica.
En un mensaje en internet, el grupo, hasta ahora desconocido, juró seguir con sus atentados contra el sistema judicial, en “solidaridad con milicianos encarcelados”.
Desde hace décadas este país sufre ataques de anarquistas y grupos radicales, como incendios, bombas y asesinatos.
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