Solo las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) llegaron a una cifra superior a 10 mil emprendimientos, a lo que se añadió un número menor de cooperativas no agropecuarias, indicó el economista José Luis Rodríguez, en un artículo publicado por el periódico Granma.
Según explicó el profesor, estos actores cubren alrededor del 35 por ciento del empleo en el país y desarrollan sus actividades, principalmente, en gastronomía y alojamiento (22,1 por ciento); construcción (19,5); industria manufacturera (18,4) y producción industrial de alimentos y bebidas (12,7 por ciento).
Al cierre del año pasado, solo 685 mipymes registraron pérdidas en su gestión, es decir, un 7,2 por ciento del total, acotó el investigador.
En cuanto al comercio exterior, reveló que las formas de gestión no estatal realizaron en 2023 importaciones por más de mil millones de dólares, aunque no lograron aprovechar con la misma intensidad las oportunidades para colocar sus ofertas en mercados foráneos.
Las exportaciones, detalló, no llegaron a 200 millones de dólares, equivalentes a un 0,2 por ciento del total exportado por el país durante el año.
Muchas de estas empresas, observó el académico, realizan también actividad comercial; eso les permite una rotación más rápida del capital invertido, con menos dificultades operativas.
“Además, cuentan –buena parte de ellas– con financiamiento externo por la vía de las remesas, y compiten ventajosamente con el Estado en segmentos del mercado en los que la empresa estatal no está presente”, sopesó.
En materia laboral, abundó, se estima que han creado unos 183 mil nuevos empleos con una remuneración, en general, superior al sector estatal, lo cual está incidiendo en la emigración de la fuerza de trabajo hacia el segmento no estatal de la economía cubana.
Hasta el momento, consideró Rodríguez, los resultados de la actuación de los nuevos actores económicos “no se han apreciado favorablemente por una parte de la población”, pues si bien contribuyen a elevar la oferta de bienes y servicios, los precios de venta están por encima de la capacidad de compra de la mayoría de la población.
A juicio del especialista, el posible encadenamiento productivo con el sector estatal, para lograr un impacto directo en la producción de alimentos y otros bienes de consumo, también está por lograrse aún.
Los avances en ese sentido dependerán en buena medida de las acciones que implemente el Estado para incentivar, adecuadamente, a las empresas estatales y al sector privado y cooperativo, el cual incluye además a unos 596 mil trabajadores por cuenta propia, juzgó.
mem/mjm
